Con IA me volví 4 programadores y se me acabaron las excusas
Con la IA ya no tengo la coartada perfecta de 'no me da tiempo' o 'esto es demasiado para una sola persona'. De repente, una sola cabeza puede probar ideas, refactorizar código, documentar, generar tests y hasta prototipar interfaces a una velocidad que antes requería a varias personas coordinadas.
Cuando pasas de ser un programador a parecer cuatro, las excusas se agotan. Ya no puedes culpar a la lista de pendientes infinita o a la falta de manos. Si con IA sigues atascado en lo mismo, quizá el cuello de botella ya no es la herramienta, sino tus hábitos, tu organización o tu resistencia a cambiar cómo trabajas.
En el día a día: soy 1 humano y 3 agentes IA trabajando en distintos niveles. La gracia no es que escriban código por mí, es que cada uno hace un trabajo diferente y yo solo me encargo de que esto no se vuelva un circo.
El mayor enemigo no es la complejidad, ni la falta de tecnología, ni el cliente, es la vagancia disfrazada de 'estoy investigando' y 'todavía estoy pensando la arquitectura'. Con IA ya no hay tanto espacio para hacerse el interesante sin producir.
1) ChatGPT: El arquitecto de verdad
ChatGPT es el que piensa global, el que mezcla áreas y el que me propone estructura, riesgos y rutas posibles.
Lo uso para:
- Arquitectura y diseño de alto nivel.
- Análisis de documentación y comparación de tecnologías.
- Búsqueda y síntesis de soluciones con contexto.
- Descomponer el trabajo en tareas claras y ordenadas.
- Anticipar problemas y riesgos.
Aquí no le pido código, le pido decisiones, límites y un plan.
2) Copilot en Visual Studio: el programador del día a día
Copilot es el que me saca el trabajo mecánico sin llorar. Es productividad pura, pero solo si no me hago el loco con la revisión.
Lo uso para:
- Generar funciones medianas y pequeñas.
- Completar patrones repetitivos sin perder tiempo.
- Documentar con comentarios útiles, no literatura.
- Proponer pruebas y casos borde.
- Revisar lógica puntual y sugerir refactorizaciones.
- Ayudarme con mensajes de cambios.
Copilot no manda, Copilot produce y yo reviso.
3) Codex: el senior revisor seco
Codex es ese senior que me revisa los cambios y no me da palmaditas. No me dice 'qué bonito', dice 'esto está flojo' y se queda tan tranquilo.
Lo uso para:
- Revisar cambios grandes en múltiples archivos y detectar errores y fallas lógicas.
- Señalar deuda técnica, acoplamientos problemáticos y decisiones flojas.
- Proponer mejoras concretas, pocas, directas y útiles.
Y sí, me sirve que sea seco. Prefiero una crítica antipática a un aprobado bonito que después me cobra intereses.
Mi flujo en una frase
ChatGPT define la estructura, Copilot acelera la ejecución, Codex destruye mi ego y yo decido qué entra y qué no.
Ese es el truco de 'me volví 4 programadores': orden y disciplina. Si no defines roles, terminas con tres asistentes contradictorios y un humano cansado.
La IA no reemplaza el criterio, la creatividad, la experiencia ni la intuición para el desarrollo de software, pero sí te potencia en un montón de áreas que aceleran muchísimo tu trabajo. Ese bug que llevas arrastrando semanas, esa automatización pendiente o esa refactorización que siempre pospones ahora caben en una tarde bien usada. Si con estas herramientas sigues 'sin tiempo' y 'sin avanzar', quizá no te falta tecnología o capacidad, te falta decisión y vergüenza.
Al final, volverse '4 programadores' gracias a la IA significa que el límite deja de ser técnico y pasa a ser mental. La pregunta ya no es cómo encontrar más horas para tus pendientes, sino qué más vas a crear ahora que el tiempo te rinde mucho más.